La Doctora en Literatura española explicó la relación entre el arte y el ritmo de la vida
Rosa Fernández Urtasun,
especializada en literatura postmoderna, expuso ayer en una conferencia en la Universidad de Navarra que para comprender el arte en general y en concreto el
contemporáneo,
son necesarias dos acciones: por un lado, frenar ante el ritmo frenético de nuestra sociedad y por otro, sacar tiempo para mirar. De este modo, según comentaba la profesora, seremos capaces de comprender mejor la vida y también las expresiones artísticas que hablan de ella.
son necesarias dos acciones: por un lado, frenar ante el ritmo frenético de nuestra sociedad y por otro, sacar tiempo para mirar. De este modo, según comentaba la profesora, seremos capaces de comprender mejor la vida y también las expresiones artísticas que hablan de ella.
Cuadrado Negro (1915), Malevich |
Exposición de Malevich |
En el mun, tal como mostró Rosa
Fernández, la Chimenea de Jorge Oteiza, la exposición The Black Forest de Manglano Ovalle, así como la colección de fotografía de José Ortiz Echagüe, guardan estrecha relación
con la obra de Malevich, que inspiró
también a artistas como Rothko y Kandinsky en lo relativo a la
manifestación de aspectos profundos de la realidad a través de signos mínimos
de expresión.
The Black Forest, Manglano-Ovalle |
Chimenea, Jorge Oteiza |
Por otra parte, la conferenciante
manifestó la importancia de detenernos a mirar a nuestro alrededor para
observar el verdadero ritmo de la naturaleza, del ser humano y del arte que nos
rodea. “Si habéis plantado lentejas, os habréis dado cuenta de que por mucho
que nos impacientemos no crecerán más deprisa. En eso se basa nuestro propio
ritmo, también necesitamos nuestro tiempo para no perdernos la vida en sí misma”,
señaló Fernández.
Marina Abramovic |
Además expuso el llamativo caso de la artista serbia Marina Abramobic, que en los años 70 realizó
una performance (muestra escénica en la que la provocación o el asombro y la
estética juegan un papel principal) que consistía en sentarse en una silla en
el Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York, a mirar a todo el que quisiera ponerse
delante. “Durante tres meses y medio, no hacía otra cosa en las ocho horas del
día que no fuera mirar, y es sorprendente la reacción de las 850.000 personas
que esperaron más de diez horas para ponerse ante alguien que les mirara a los
ojos. En la ciudad más estresada del planeta, la gente que quiso que alguien se
detuviera a observarles, se sintió de algún modo valorada, lo cual les llevó a
preguntarse quienes eran ellos mismos y lo que encontraron sacó a flote
emociones reprimidas durante mucho tiempo”, afirmó la Doctora en Literatura.
Reencuentro de Marina y su pareja en la performance
En definitiva, según Fernández,
saber detenerse y saber mirar son las claves para comprender mejor, ya sea la
vida o el arte. “En efecto, es curioso que la mayoría no se esfuerce por
entender el arte de hoy que es, al fin y al cabo, el arte que habla de quienes
somos nosotros hoy, aquí y ahora”.
Muy bien resumido, Nuria. Me da un poco menos de pena habérmelo perdido. ¡Muchas gracias!
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